Patrimonio
Reseña Histórica
El Liceo Gregorio Cordovez de La Serena fue fundado un 7 de abril de 1821, por decreto de Don Bernardo O’Higgins Riquelme, con el nombre de “Instituto Nacional Departamental de Coquimbo” en documentos de la época también se le denominó Instituto Nacional de San Bartolomé, Instituto Literario de Coquimbo, Instituto de La Serena y Colegio. Su objetivo inicial era cumplir la función educadora más allá de los límites de la capital, formando ciudadanos idóneos para la naciente República y con las siguientes características: se ubicaba en la capital de la provincia, seguía las bases del Instituto Nacional de Santiago, debía impartir las cátedras de química y mineralogía, por ese motivo el empresario minero Carlos Lambert por encargo del gobierno, trae desde Francia al sabio polaco Ignacio Domeyko Ancuta, quien realizó clases desde 1838 a 1846, por ello egresan desde el liceo los primeros ingenieros en minas del país y Latinoamérica.
La idea se la debemos a Don Gregorio Cordovez del Caso, ilustre vecino de la ciudad de La Serena, quien lucho en la independencia de Chile y luego ocupó múltiples cargos de gobierno, cuando se desempeñó como censor del cabildo de la ciudad, impulsó muchísimas iniciativas como: la creación del cementerio (donde curiosamente es la tumba número uno), la iglesia San Juan de Dios, el canal Bellavista etc. Pero su obra más emblemática fue la creación de nuestro liceo, que desde el año 1972 por ley 17.667 se denomina “Liceo de Hombres Gregorio Cordovez de La Serena” en honor a su fundador, firma Salvador Allende Gossens.
Para conseguir fondos y fundar el instituto, solicitó la conmutación del Testamento de José Arviña y Zavala. Existe un Expediente importantísimo que “Contiene la conmutación de la testamentaria de Don José Arviña y aplicación de la casa de ejercicios en favor del Instituto Literario de esta provincia 1821”, el cual dice: “Después de pagado mi funeral y cumplido todo lo dispuesto, ordeno se compre un sitio competente dentro de la ciudad para un reclusorio para niñas, con su capellanía consagrada a San José. El colegio se llamará “Las Pobres de San José” 1796; esta era la voluntad de José Arviña la cual sus albaceas no cumplieron, por eso Gregorio Cordovez pidió al senado que esos fondos fuera destinado a la educación de la juventud y creación de un colegio en Coquimbo, con lo que quedaba del testamento de Arviña que eran 12 mil pesos y con ellos se costearían dos cátedras y se cumpliría la voluntad de Arviñas de educación para mujeres, lo que se hizo realidad entre los años 1970 a 1989.
Los espacios que ha ocupado el Liceo son: para 1821 la Casa Conventual de la iglesia Santo Domingo, 1823 el Claustro de la iglesia San Agustín y casa de ejercicios de la misma congregación, desde 1869 se ubica en el Barrio Santa Lucia, zona centro de La Serena, ocupando la manzana formada por las calles: Infante, Gandarillas, Cantournet y Rodríguez. En 1869 se construyó una casona especialmente para el liceo, la cual fue diseñada por Lucien Ambroise Hénault, esta fue demolida en el año 1971, dando paso a un pabellón de tres pisos que se ocupa en la actualidad, paralelo a esto en el año 1952, dentro del Plan Serena, obra del ex alumno y presidente Gabriel González Videla se inauguró por calle Gandarillas un edificio destinado solo al internado creado en el año 1842 y el cual se mantienen en la actualidad, pero que con la creación de colegios en todas las comunas, el número de alumnos internos decayó drásticamente y hoy gran parte de ese edificio es usado como salas de clases y oficinas
El Liceo durante el siglo XIX se ve involucrado en muchos de los hechos de las historia de Chile, por ejemplo: las revolución del 51 y 59 convirtieron al liceo en cuartel, siendo destruido casi en su totalidad, el estado del reciento y los materiales se hallaban en gran abandono, incluso se propuso cerrar el internado, muchos estudiantes y profesores se sumaron a la lucha contra el gobierno, destacamos la figura del ex alumno Pedro Pablo Muñoz y participación de ex alumnos, estudiantes y profesores en la Batalla de Los Loros, Batalla de Cerro Grande, Sitio de La Serena. Durante la Guerra del Pacífico 1879, la capilla privada que ocupaban los internos, fue sala de armas, almacén de equipo y municiones del batallón Coquimbo Nº2 (compuesto en su mayoría por soldados vinculados al liceo) y sirviéndole de cuartel los otros departamentos del edificio. Allí también, en nuestro liceo, se instaló una sala destinada a heridos graves del primer hospital de sangre que hubo en La Serena, el éxito del batallón Coquimbo se debe en parte a la preparación que habían recibían los soldados en el liceo de La Serena en cuanto a mapas, reconocimiento de lugares, quebradas y cerros, gracias a la catedra de astronomía y geodesia del profesor Adolfo Formas Patiño. En la Guerra civil de 1891 los liceanos se dividieron en favor del gobierno y otros en favor de la armada y los parlamentarios. Después de los primeros combates en el norte de Chile (Zapiga-Alto Hospicio) el presidente Balmaceda desvincula al profesor del Liceo Bernardo Osandón y al Rector Felipe Herrera, por ser parte y ayudar al movimiento revolucionario en La Serena, es sabido que el liceo sufrió daños en su espacio e implementación.
Ilustres personajes han pasado por sus aulas como docentes y estudiantes por ejemplo el maestro Jorge Peña Hen (nombre del Teatro que tiene en su interior el liceo), músico, fundador de la primera orquesta infantil de Chile y América; Enrique Molina Garmendia, abogado y filósofo, fundador de la Universidad de Concepción; entre otros tantos distinguidos académicos, premios nacionales de literatura, educación, ciencias y teatro, diputados, senadores y Presidentes de la República. También por sus aulas pasaron valientes jóvenes que decidieron entregar su vida al servicio del país, como es el caso de Pedro Videla, cirujano de la Covadonga, Marcos Macuada, médico mártir de la epidemia de fiebre amarilla en Tocopilla.
Por todos estos antecedentes el 2003 el edificio del Liceo es incorporado a la categoría de patrimonio arquitectónico educacional y el 2004 es declarado monumento histórico en la categoría de educación.
El año 2009, por segunda vez en su historia, permite el ingreso de mujeres a primer año de educación media, hoy en un liceo que antiguamente fue de hombres el porcentaje de mujeres equivale al 50% de la matrícula. El año 2011 se solicita la habilitación de los cursos 7° y 8° año de educación básica, ofreciendo estos servicios hasta la actualidad.
Hoy, el Liceo Gregorio Cordovez trabaja en el fortalecimiento de la identidad de los estudiantes y su vinculación con el establecimiento, por medio de actividades que propicien el sentido de pertenencia y patrimonio con la institución que los acoge y está a cargo de su formación escolar.
“LGC 200 años de existencia, al servicio de una educación pública, gratuita y de calidad”
Alejandra Gabriela Rojas González